003cp003e 003cb003eSencilla, clara y esperanzadora, la magnífica reedición de la primera parte de 003ci003eConversaciones con Dios.003c/i003e 003c/b003e 003c/p003e 003cp003eSe encontraba en ese momento en que el dolor -el peor dolor, el que produce la soledad de espíritu- amenazaba con desbordarse en 003cb003ela más insondable desesperación. 003c/b003e 003c/p003e 003cp003e¿Qué mejor prueba podía tener de la 003cb003einexistencia de Dios003c/b003e que su insensato sufrimiento? Aun si existiera y fuese Dios de bondad, ¿no podría, en su soledad, reclamarle como interlocutor? Este último gesto de esperanza 003cb003eobró el milagro. 003c/b003e 003c/p003e 003cp003eA partir de esta crítica experiencia vital, 003ci003eConversaciones con Dios003c/i003e es la transcripción del más infrecuente -aunque quizá debiera considerarse el más necesario- de los diálogos: a través de ellos se revela un 003cb003eDios tolerante,003c/b003e tan conocedor de los fuertes anclajes morales de la mayoría de los seres humanos como del intenso arraigo de sus carencias. Y por ello, más interesado en proponer a sus criaturas una actitud que en exigirles un código rígido y pormenorizado de normas. Un Dios, pues, humano, en la medida que los hombres están hechos a imagen y semejanza de él.003c/p003e 003cp003e'No se trata de un libro escrito por mí, sino que me ha ocurrido a mí.'003c/p003e